Es sólo cuando nos determinemos a seguir al Señor (dejando todo lo falso), que daremos el primer paso a un avivamiento personal.

Job 22. 28. Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz.

Dios trabaja con creyentes decididos y determinados, no indecisos. La tibieza no le agrada al Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. Dios no quiere que dudemos entre dos pensamientos, sino que estemos completamente determinados a creer que Él es el único Salvador y Dios verdadero, y a seguirle. Veamos una confrontación similar a la de Elías, que Josué presentó al pueblo de Dios.

Josué 24.14-15. Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová.15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.

Josué les dijo, sirvan a quien ustedes quieran, pero yo y mi familia, serviremos al Dios verdadero. Dios quiere levantar un pueblo determinado, que no se conforme con una simple religión, sino decidido a experimentar todo lo que Dios tiene: Unción, poder, presencia divina, milagros, una vida sobrenatural y con propósito.

Padre, hoy me determino a buscarte, quiero ver tu gloria, tu poder, tu avivamiento en mi vida, iglesia y país. Quiero ver tus milagros y maravillas. Vivir con mi familia los tiempos de gloria que tienes preparados para esta temporada. En el nombre de Jesús, amén.