La Biblia dice que José fue muy próspero. Siendo esclavo, llegó a ser primer ministro de Egipto. No fue su ocupación o su posición lo que determinó su éxito; sino la presencia de Dios en su vida.
Génesis 39. 2. Más Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.
Desde el punto de vista del mundo, la profesión, las relaciones, la apariencia y la popularidad, el dinero y los bienes materiales acumulados, son medidas de éxito. Sin embargo, la Biblia nos muestra personajes que fueron más allá del éxito; y vivieron vidas prósperas y significativas.
UZÍAS REY: 2 Crónicas 26. 5. Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él
le prosperó.
DANIEL EL PROFETA: Daniel 6. 28. Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa.
Los hijos de Dios ya somos prósperos, por el hecho de que Dios está con nosotros y por el plan de vida que tiene para cada uno. Dios nos dice: “Si me escoges a mí, no te preocupes por tu vida, yo me encargo de ella y te proveeré para tus necesidades. ¡Esto es verdad!
Gracias Padre porque me hablas en tu palabra: que no me preocupe, que no me afane por lo que voy a comer o beber, ni por mi cuerpo, por lo que voy a vestir. Porque la vida es más que el alimento y el cuerpo más que el vestido. Y así como te ocupas de las aves del cielo, que no siembran ni siegan y tú las alimentas, y de los lirios del campo, que visten con gloria, yo valgo mucho más que ellas y me alimentas y me vistes. Tú conoces todo lo que necesito y me provees en abundancia. Hoy pongo delante de ti todo afán y preocupación, la entrego en este altar de adoración y creo que tú me darás mucho más abundantemente de lo que pido o espero, en el nombre de Jesús, amén.
