La tierra nos ha sido devuelta a los hijos de Dios.
Salmo 115. 16. Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.
Satanás es ilegal en el territorio asignado a nosotros. Usemos la autoridad y el poder de Cristo, para echarlo fuera y quitarle las almas que le pertenecen al Señor. Entre más crezcamos en obediencia, más autoridad tendremos y cambiaremos las imposibilidades en posibilidades. ¡Gloria a Cristo!
Lucas 9. 1. Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
No dice “algunas enfermedades”, dice enfermedades en general. El poder es un regalo de Dios, la autoridad es conferida a los obedientes y puros de corazón. Nuestras motivaciones tienen que ser correctas, no hagamos nada por interés personal, orgullo o egoísmo. Quien no busca lo suyo, ni anda auto promoviéndose, recibe la autoridad divina. Quien sirve a los demás, será el primero entre todos.
Lucas 22. 24-27. Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.
Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 25 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. 26 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
Gracias Padre, por toda la libertad que me has concedido en Cristo Jesús, toda la tierra y su plenitud, toda la sanidad, toda la prosperidad, toda la paz. Enséñame a través de la revelación de tu Santo Espíritu a tomar los territorios en que el diablo todavía me mantiene en opresión o cautividad, para levantarme mediante tu revelación y la obediencia a tu palabra, a recuperarlos y disfrutar de todo lo que me has concedido, en el nombre de Jesús, amén.