En la Biblia, los términos tienen significados distintos, pero operan juntos.
Lucas 4. 31-37. Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo.32 Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.
33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz,34 diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.35 Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.36 Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? 37Y su fama se difundía por todos los lugares de los contornos.
Autoridad: En griego la palabra es exousia y significa el derecho a gobernar un territorio con libertad de acción, estableciendo dominio y señorío. Es la facultad de mandar y dar órdenes que deben ser acatadas de conformidad con las leyes vigentes. La autoridad exige obediencia a los subordinados y a los insubordinados también. Sin obediencia, la autoridad no existe. La autoridad tiene el derecho a gobernar. Afortunadamente, la autoridad de nuestro Dios en esta era, nunca nos es impuesta por la fuerza, Él espera que la reconozcamos y la obedezcamos voluntariamente, porque le amamos.
Padre, gracias porque me has delegado toda la autoridad de tu Hijo Jesucristo para continuar con su obra salvadora. Te pido la revelación de tu Espíritu Santo para comprenderlo y ejercerla con tu sabiduría espiritual, para determinar el resultado de las cosas, conforme a tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.