Algunas personas experimentan tristeza, nostalgia y aún depresión, cuando al hacer una introspección de su vida, se dan cuenta que no han logrado algunas metas o propósitos.

Algunos principios para no caer en tristeza.

1. Mantén la mirada en la visión dada por Dios.

Habacuc 2. 1-4. Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. 2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. 3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; más el justo por su fe vivirá.

Dios ha dado a cada uno de nosotros una visión. Tenemos una visión corporativa, pero también una visión particular. Lc. 4.18-19.

Cuando la adversidad nos cautiva, nos olvidamos de las promesas de Dios y entramos en desilusión, la cual puede ser tan fuerte, que inclusive nos aleje de la fe. La desilusión manipulada por el diablo puede desviar al hij@ de Dios del destino para su vida.
Hay quienes iban bien, avanzando hacia su futuro divino, y cuando casi lo habían alcanzado fueron desilusionados por alguien o por algo; y al aceptar en su alma la desilusión, cayeron en tristeza, e incluso en depresión. Es aquí cuando el justo necesita vivir por su fe.

Padre, gracias por la visión que has puesto en mi vida. Sin ella, reconozco que espoy perdido, sin guianza, sin dirección. Pero al volver a ella y meditarla, reconozco que contiene lo que necesito para seguir adelante, para levantarme cada día y buscar amarte, servirte y honrarte con mi obediencia. Gracias por tu vida en abundancia que me sostiene cada día en tu gozo inefable, en el nombre de Jesús, amén.