Isaías 7. 14. Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
La palabra del profeta Isaías se cumplió a través de una joven judía, virgen, que dijo sí, a la Palabra que el Señor le envió a través del ángel Gabriel. ¿Qué hubiera pasado si ella hubiese dudado o rechazado tan increíble llamado?
Así como Dios se arriesgó con la joven María y ella respondió favorablemente, así el Padre arriesga y confía hoy en cada uno de nosotros, para que, al creerle y obedecerle, Jesucristo se geste en el carácter de nosotros, por medio de su Palabra y del Espíritu Santo.
EL MÁS GRANDE MILAGRO.
¿Cuál consideras que sea el mayor milagro de la humanidad? ¿La salvación? Sí, claro. Pero ésta no hubiese sido posible, sin LA ENCARNACIÓN. María le permitió a Dios sembrar en sus entrañas a su Hijo Jesús para que fuese hecho un ser humano y así poder llevar a cabo el plan redentor.
Juan 1. 14. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Padre, gracias por este maravilloso milagro. Tu único Hijo, siendo Dios, se despojó a sí mismo, se humilló y se hizo hombre, tomó la forma de un pequeño e indefenso bebé, para llevar en su propio cuerpo mis pecados, mis rebeliones y darme entrada a tu misma presencia, como tú hijo, como hermano de Jesús, con su misma herencia y privilegios. En el nombre de Jesús, amén.