Llevar la carga por una milla era una obligación para los pueblos subyugados por el imperio romano. Los soldados podían solicitar a un civil judío, que cargara su equipaje por una milla (1.4 km aprox.). El peso del bagaje era de unos 35 a 40 kilos, ya que contenía la armadura. Al finalizar la milla, el cargador podía soltarla.
Así que cuando el Señor Jesús les dice a sus seguidores: Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. ¿Cómo se habrán quedado? ¿Qué habrán pensado? Algunos quizá hablaron entre dientes; ¡Cómo nos pide la milla extra!
Las palabras de Jesús siempre sacan lo que hay dentro de nosotros. El Señor prueba nuestros corazones, con el fin de alinearlos a Él.
Mateo 5. 43-48. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Imagina los pretextos de varios de nosotros, la justificación, el recuerdo de las malas experiencias vividas, el dolor de la cadera, etc., para no hacer lo que pide.
Padre, gracias porque tu amor ya ha sido derramado en mi corazón por tu Espíritu Santo. Hoy acepto el desafío de estirarlo al máximo, hacia ti y hacia mi prójimo. A incrementarlo de manera contínua, para dar siempre más de lo que se espera de mí. En las situaciones difíciles, con las personas difíciles de complacer, con las que no agradecen, dame tu fuerza, tu carácter y ayúdame a ser agradecido y a amar como tú amas. En el nombre de Jesús, amén.