ÚNGENOS ESPÍRITU SANTO.

Juan 16. 13. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Es imposible vivir la vida cristiana sin el Espíritu Santo. Hoy hablaremos de cosas que seguro conocemos, que las hemos estudiado y aun eseñado, pero al recordarlas, nos vivificarán y nos abrirán más el entendimiento espiritual. ¡Estemos siempre concientes del Espíritu Santo! Él es una persona, y no solo fuego, viento o una paloma; porque esas son solo algunas de sus manifestaciones.
Sabemos que el Padre está sentado en el trono, Jesús el Hijo de Dios, está a su diestra y el Espíritu Santo está en la tierra, morando dentro de cada uno de nosotros. Seamos considerados y agradecidos de su presencia, y de lo que puede hacer con nosotros y a través de nosotros.
El Espíritu Santo está en nosotros, a favor de nosotros y por nosotros. El Señor Jesús dijo a sus discípulos que cuando se fuera al cielo, nos enviaría al Espíritu Santo, con la finalidad de no dejarnos sin su compañía, y para enseñarnos y recordarnos todas las cosas que dijo y las que habrán de venir.

Juan 14. 26. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

EL CONSOLADOR: Del griego paraklētos; el intercesor, abogado y ayudador, enviado a estar a nuestro lado, como quien defiende la causa de otro ante un juez. Es nuestro abogado defensor, un intercesor, tal como Cristo lo es a la diestra de Dios, suplicando por el perdón de nuestros pecados. En sentido más amplio, el Espíritu Santo es un socorrista, que toma el lugar de Jesucristo con sus discípulos, para conducirnos a un conocimiento más profundo de la verdad del evangelio, y para darnos fuerza y poder divinos, para predicar y enseñar el evangelio; y soportar las pruebas de la fe y aún las persecuciones.

Gracias amado Padre por tu precioso Espíritu Santo, mi Consolador, que está conmigo siempre, que me ayuda amanifestar tu vida sobrenatural, que me hace eficaz en tu servicio, mi Ayudador. Indispensable para vivir en tu victoria día a día. Está conmigo cuando trabajo, cuando descanso, cuando estoy con mi familia, me enseña, me guía, me acompaña y consuela. Mi Consejero, quien me da sabiduría para tomar decisiones y me libra de todo mal, en el nombre de Jesús, amén.

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