Es la primera premisa para crecer y ser transformados a su imagen y semejanza. Creer EN CRISTO nos retará a pasar de la teoría (de la teología) a la manifestación real; a ir de lo legal a la experiencia vital. Revisemos en la Escritura algunas verdades fundamentales de lo que somos en Cristo, para establecerlas como cimiento de nuestra fe.
TENGO LA VIDA AQUÍ Y LA ETERNA: Romanos 6. 23. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro.
1 Juan 5. 11-12. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. 12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Col.1.27.
YA NO SOY UN PECADOR, SOY UN SANTO QUE PUEDE PECAR SI ASÍ LO DECIDO: 1 Corintios 1.2. A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los
santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. Ef. 1.4.
NO ME GOBIERNA EL PECADO: Romanos 8. 2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
ESTOY MUERTO AL PECADO, VIVO PARA DIOS: Romanos 6. 11. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro.
Padre, sé que hay una continua batalla en mi alma, en pensamientos, emociones y voluntad. Entre el espíritu de verdad y la mentira. Gracias por tu Espíritu Santo que me guía a la verdad y me advierte de las mentiras del diablo. Dame discernimiento para distinguir la diferencia y fuerza y voluntad para escoger lo correcto. En el nombre de Jesús, amén.