Hay un espíritu y una corriente en este mundo que arrastra incluso a los hij@s de Dios. ¡Reconozcámoslo y huyamos de sus astucias y artificios! Su meta es que sigamos en rebelión contra Dios, desobedeciéndole y permitiendo que la “carne”, siga gobernándonos. ¡Cristo ya nos liberó del reino de satanás y nos ha trasladado a su Reino!

Efesios 2. 1-3. Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

¿QUÉ TANTO ERES GOBERNADO POR EL MUNDO?: Analiza con
sinceridad cuan intensos son tus deseos por los placeres físicos, cuán insaciable es tu codicia por los bienes materiales, y cuánto presumes tus logros y posesiones.
¿Estás dispuesto a reconocer tu amor al mundo, arrepentirte ante el Señor y morir a sus idolatrías? Díselo de corazón al Señor.

Gálatas 6.14. Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

Amado Padre, hoy me arrepiento por haber vivido en el mundo, en sus deseos, en el amor, la codicia y hambre de las cosas que ofrece. Me doy cuenta de que solamente son placeres momentáneos que me llevan a la perdición de mi alma. Todo interés en ello ha muerto en la cruz de Cristo, muero cada día a toda idolatría, a todo lo que puse en lugar tuyo y me entrego plenamente a ti, en el nombre de Jesús, amén.