1 Juan 2. 15. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Dios Padre ama al mundo, pero en el verso clave dice que nosotros no lo amemos.
¿Hay alguna contradicción divina aquí? No, no la hay.
Juan 3. 16-17. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que
el mundo sea salvo por él.
El amor del Padre por el mundo, se refiere a los millones de almas humanas que vagan sin conocerle y que viven presas del “sistema del mundo” y de satanás, el gobernante espiritual de todos ellos. Gracias demos al Señor Jesucristo que vino a sacarnos de la autoridad del diablo, al reconocerle como Salvador y Señor. Ahora pertenecemos al Reino de Dios y de Cristo.
1 Juan 5. 19. Sabemos que somos hijos de Dios y que el mundo que nos rodea está controlado por el maligno.
Gracias Padre porque entre tantas personas, me escogiste a mi para seguirte, para que fueran abiertos mis ojos y pudiera formar parte de tu ejército, de los llamados, de los escogidos para extender el reino. Hoy escucho y acepto tu llamado y acepto seguirtre, servirte y consagrar mi vida a ti, en el nombre de Jesús, amén.