Depende de nosotros apropiarnos de nuestra herencia. Todo ya fue provisto para
en el testamento sellado por la muerte de Jesús y su resurrección.
Si has caído en la tibieza de la duda, o peor aún en la frialdad de la incredulidad, es hora de arrepentirte y volver al Padre por medio del Señor Jesucristo. Él está esperando sanar nuestras rebeliones, limpiarnos de todos nuestros pecados, para llenar nuevamente nuestros corazones con su infinito amor. Regresa al Padre y pídele que encienda un fuego nuevo por Él y su obra. No hay tiempo que perder…
Colosenses 1.9-14.Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual.
Padre: Perdóname por el enfriamiento que he permitido a lo largo de
este tiempo, hoy me vuelvo a ti en arrepentimiento, límpiame Señor Jesús con tu sangre. Proclamo que me estoy apropiando de tu obra perfecta del Calvario, de
donde fluye la salud espiritual, física, mental y emocional. ¡Resucítame Señor!
Gracias por tu victoria sobre satanás, la cual me apropio para imponer manos sobre los enfermos y liberar a los cautivos, en el poder de tu Espíritu Santo, con el cual tú me unges más hoy. Atráeme a tu presencia, para pasar tiempo a solas contigo, para ser llenado de tu amor, de tu sabiduría, de tu gracia y poder. En el nombre de mi
Señor Jesús, amén