Corinto fue un sitio estratégico para la extensión del reino. Era un centro mercantil de gran fama, donde transitaban muchos extranjeros y comerciantes que de allí se dirigían a dicersos lugares. Los recién convertidos al Señor, iban de vuelta a sus naciones llevando el evangelio; cumpliéndose la Palabra del Señor, de ir y hacer discípulos a todas las naciones.
El Espíritu Santo es el que cambia la vida de la iglesia y de los discípulos. Él es el guía, el consejero, el ayudador de cada uno de nosotros. Por eso Pablo les dice a los Tesalonicenses: No apaguéis al Espíritu. 1 Tes.5.19. El fuego del Espíritu divino no debe apagarse en nosotros, porque es el unico capaz de iluminar las tinieblas y sacarnos a flote de cualquier circunstancia adversa.
Es por lo que JESUCRISTO hizo por ti y por mí, que el Espíritu Santo está viviendo hoy dentro de nosotros. El Cristo glorificado venció en la cruz al pecado, al mundo, y a satanás; y resucitó venciendo también a la muerte; para otorgarnos la autoridad para manifestar el poder de su reino, aquí y ahora.
1 Corintios 4. 20. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
Solo el Espíritu Santo nos da la libertad para saber qué hacer, cuándo y cómo hacerlo; y eso requiere que estemos en compañerismo continuo con Él, para ser certeramente dirigidos a hacer las cosas con impacto.
Gracias Espíritu Santo porque cambias y transformas mi vida. Lléname hoy con tu fuego. Peróname por contristarte, ilumina hoy mis tinieblas y sácame de toda situación adversa, en el nombre de Jesús, amén.