La unidad entre los hij@s de Dios, solo es posible por el Espíritu Santo. La unidad del Espíritu no es un programa de la iglesia o un conjunto de reglas, sino una atmósfera que nos envuelve a todos los miembros de Centro de Vida Lomas, y que nos moviliza a llevar a cabo la misión como “un solo hombre”.
Efesios 4. 1-6. Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
La unidad es “orgánica”, tal como lo es nuestro cuerpo. El cuerpo de Cristo no es una colección de partes añadidas, como las de una estufa o un refrigerador, es la adición de seres humanos al Reino de Cristo, por el poder regenerador del Padre, por medio de su Espíritu Santo. ¡Esto es algo milagroso! Espiritualmente somos una parte viva y orgánica de Cristo, que Dios mismo concibió
Gracias Padre por la unidad de tu cuerpo, gracias porque tu Santo Espíritu nos guía y ayuda a permanecer unidos y a desenmascarar las artimañas divisorias del diablo. Renuncio a prestar mi oído a sus engaños y caer en sus trampas de desprestigio y mentira, en el nombre de Jesús, amén.