INVOLÚCRATE EN SU COMUNIDAD: Que sepas quiénes son sus amigos
y amigas, conocélos, habla con ellos, conoce a sus padres y los entornos donde se mueven. No te limites a hablarles acerca de las conductas inconvenientres que detectes en ellos. No calles ante problemas obvios del prójimo. Seamos valientes y asertivos, hablando la verdad con amor.
DA DIRECCIÓN Y CONSEJO SIN SER AUTORITARI@:
Hay tres cualidades a moldear en nuestros hijos con nuestra instrucción e influencia. Casi todo problema que enfrentan especialmente los adolescentes, tiene que ver con la satisfacción de las necesidades siguientes.
• AFIRMAR SU IDENTIDAD: Cada persona nace con una identidad primaria,
hombre o mujer. Afírmalos en su masculinidad o femineidad. Diles algo así: Eres hijo o hija de Dios, a su imagen y semejanza; por tanto eres extremadamente valios@. Y reconoce y fomenta sus cualidades y dones personales y únicos.
• DESARROLLAR SU CARÁCTER: Pieza vital en la obra maestra de la vida.
El tipo de carácter que ayudemos a construir en nuestros hijos, se verá en la forma en que se auto gobernarán, y responderán a las influencias y circunstancias de su vida. Todos nacemos con un temperamente que requiere ser transformado por la Palabra y el Espíritu Santo; adquiriendo una Fe firme. Convicciones y valores a imagen de Cristo. Mt.5.1-12; Gá.5.22-24.
• TENER RELACIONES SOCIALES: Nadie hace la travesía de la vida solo.
Necesitamos la fuerza, el apoyo, el ánimo, los recursos y la interacción con otros para seguir creciendo. Enséñales la “regla de oro” de las relaciones humanas, a valorar a las personas y a pedir respeto a la suya.
Padre, te pido volver a encontrarme con mis hijos y profundizar mi relación con ellos. Que todo el efecto de la mala relación que hemos tenido hasta hoy sea cancelado y podamos empezar de nuevo, con la fuerza y la capacitación de tu Espíritu Santo, forjando relaciones fuertes y llenas de tu amor. En el nombre de Jesús, amén.