A los adolescentes, (13 a 19 años) su desarrollo físico y emocional los saca de balance. Los padres pueden coadyuvar a mantener anclada su vida fortaleciéndolos de tres maneras:
• VIENDO TU EJEMPLO: Que vives lo que hablas, lo que crees. Lo contrario los “vacuna.” Tu humildad, sencillez (no lo sé todo, quiero aprender y cambiar),
tu obediencia a las autoridades de tu vida y a tus principios, les dejan huella.
• TU INSTRUCCIÓN: Verbal sobre tus convicciones, valores victorias y
derrotas. Poniendoles al Señor como lo primero. Ej. Pedir perdón y perdonar. Respetar, trabajar, cooperar. Dar un buen trato (ser lento para el enojo, no controlar) Ser paciente, tolerante a las debilidades, brindando nuevas oportunidades. Agradecido.
• TU INSPIRACIÓN:Tocando sus emociones y sentimientos con tus palabras, actitudes y abrazos llenos de amor y convencimiento.
ORA A DIARIO POR ELLOS Y CON ELLOS: considera cuidadosamente tus peticiones, ponlas delante de Dios, tanto preocupaciones como anhelos acerca de tus hijos. Ora con ellos también. En el desayuno, camino a la escuela y a la hora de acostarse (no importa la edad que tengan). Estas oraciones son más personales. Pide por su futuro cónyuge, por sus amistades, actividades, retos, tentaciones y porque su corazón esté sensible a Dios y a ti como papá o mamá. El Espíritu Santo es tu ayudador.
Padre, gracias porque me enseñas en tu palabra a perseverar, por darme el ánimo y la fuerza para seguir adelante, pues sé que a su tiempo cosecharé y veré frutos en mis hijos. No perderé la esperanza ni me cansaré de hacer lo correcto. Creo en ti y sé que quieres lo mejor para mi familia, en el nombre de Jesús, amén