Al pensar en misiones y en misioneros, visualizamos lugares remotos, selvas, montañas y otras latitudes. Pensamos en hermanos y hermanas que aprenderán otras lenguas y se adaptarán a costumbres diversas. Y aunque esto es real, ser misionero no necesariamente es irse a Timbuktú (Tombuctú en Mali, África); hay territorios inexplorados en el edificio vecino, en las tienditas de la cuadra, en la colonia y alcaldía donde vivimos. Hay cientos, miles de personas que no conocen a Jesucristo como Señor y Salvador, especialmente los niños entre 3 y 13 años, que asisten a la escuela de tus hijos.
El término “misionero” no existe como tal en la Biblia, fue acuñado por hermanos de denominaciones cristianas diversas durante los siglos XVI al XIX, para designar a aquellos que eran “enviados” por Dios a realizar “una misión” evangelizadora.
En CVL contamos con el privilegio de conocer a un gran misionero, el hermano Wayne Myers, quien enviado por Dios, llegó a México hace más de 70 años. Su ministerio es un ejemplo de una vida fructífera para el Señor; está por cumplir 102 años y sigue predicando… ¡Oremos poque siga activo hasta el último día de vida!
La Biblia nos muestra cómo el Señor Jesús envíaba a sus discípulos a llevar a cabo misiones generales y especiales. Ej. Los Doce. Mc.6.7-13. Los Setenta. Lc.10.1-12.
Hechos 13. 1-3. Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apártenme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
PREGUNTA: ¿Estarías dispuesto a irte de misioner@?
PREGUNTA: ¿Por qué no empezar en tu vecindario?
Padre, ¡Sí! Heme aquí, envíame a mí. Me has dado tanto, que mi corazón agradecido quiere corresponder a tan grande amor, y lo haré trayéndote hijos a tu casa. Muéstrame cada día a la persona que debo evangelizar, ayudar, orar, ofrendar, para por medio de mi vida toques su corazón y anhele conocerte personalmente. En el nombre de Jesús, amén.