La palabra Apóstol en el griego es apóstolos, que significa delegado, comisionado y enviado por el Señor Jesucristo como embajador del Reino. Pablo es uno de los grandes ejemplos de misioneros del Nuevo Testamento.
Romanos 11. 11. Porque a ustedes hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio.
Pablo viajó por el mundo conocido de su época, predicando el evangelio y estableciendo muchas iglesias. Él y Bernabé fueron enviados por el Espíritu Santo y por los líderes de la iglesia a Antioquía (hoy Turquía), lugar donde por primera vez se llamó cristianos a los seguidores del camino.
En su primer viaje misionero, el Espíritu Santo los llevó a recorrer más de 2,000 kilómetros, lo cual era mucho para los medios de transporte de entonces. Pablo sabía que llevar el evangelio a otras ciudades representaba la posibilidad de diseminarlo por el mundo conocido, y así fue.
El “ex perseguidor” de cristianos, que disfrutaba que los llevaran a la cárcel o incluso que los mataran, se convirtió en el MISIONERO a los pueblos paganos.
Hechos 22. 17-21. Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis. 18 Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. 19 Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti; 20 y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. 21 Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.
Padre, gracias por todo lo que la vida de una sola persona, Pablo, quien entiende su posición legal en tu reino y cumplió con su llamado, pudo lograr. Hoy revélame tanto mi posición legal como mi posición vital, para que, con la ayuda de tu Espíritu Santo, colabore en la expansión de tu evangelio en la época actual, en el nombre de Jesús, amén.