PIENSA EN ESTO

Cuando Pablo escribió su epístola a la iglesia en Filipos, se encontraba prisionero en Roma. Filipenses es quizá la última de las cuatro cartas escritas desde la cárcel, fechada aproximadamente en el año 61- 62 D.C. Las otras son Efesios, Colosenses y Filemón, las cuales envió por medio de Tíquico.

La carta la escribe un “padre que ama y extraña a sus hijos e hijas espirituales”. Les escribe con el corazón y la fuerza del Espíritu Santo, misma que le permitía soportar sus prisiones, y le aseguraba la victoria. Entre su contenido, uno muy importante es que les insta a pensar conforme a Jesucristo, a mantener una vida de oración y a alegrarse en el gozo y la paz del Señor.

Filipenses 4. 8. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Padre, fortaléceme con tu Espíritu Santo para que pueda aprender, mediante la práctica y la reflexión en mis pensamientos, a centrar mi atención mental en las cosas que reflejan el carácter santo y puro de Cristo. Llenaré mi mente, mediante la lectura y meditación de tu palabra, de la verdad, para considerar y poner por obra lo que en ella me enseñas. En el nombre de Jesús, amén.

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