SANTIDAD: POSICIÓN Y PROCESO

¡Dios es tres veces santo, como lo dice Apocalipsis 4.8! Él llama a la salvación a pecadores, mediante el evangelio del Señor Jesús, para hacernos sus hijos y darnos su naturaleza santa y justa, por medio la fe. Esto es “santidad posicional”.

1 Pedro 1. 23. Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

“Santificación posicional” no quiere decir que ya seamos perfectos y que nunca más pecaremos; implica que a todos los que confesamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, Dios nos ha cambiado la vieja naturaleza pecadora, por su naturaleza espiritual santa y justa. Dios no podría hacernos a imagen de su Hijo, si no tuviésemos por decir así, “los genes espirituales” de Él. Fuimos regenerados por su gracia, y a partir de ahí, somos “santificados progresivamente”, a lo largo de nuestra vida, hasta llegar a la estatura del varón perfecto.

1 Pedro 1. 2. Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Dios nos da primero su vida espiritual, para poder crecer espiritualmente. Y el agente de nuestra santificación es Dios mismo, quien nos santificó primero el espíritu, para posteriormente irnos santificando en alma y cuerpo. La tarea del Espíritu Santo es precisamente esa, santificarnos

Gracias Padre porque he sido libertado de todo pecado por el sacrificio de tu Hijo en el Calvario y ahora soy tu siervo, y tengo como fruto mi santificación y como fin, la vida eterna, en el nombre de Jesús, amén.

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