La muerte entró al género humano a través del pecado, por lo que la recibimos como herencia de Adán y Eva. La muerte eterna reinó sobre toda la humanidad, hasta que Jesucristo vino a vencerla y a librarnos de ella. Dios proveyó el único plan redentor en Cristo Jesús, que nos pasa de muerte a vida.

Romanos 5. 12. Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

Efesios 2. 4-6. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

¿QUÉ ES LA MUERTE?
Por definición es el cese de la vida, su fin. La muerte es lo opuesto a la vida. El Nuevo Testamento nos habla de morir como “dormir”. Un muerto es alguien dormido. La palabra que se usa en el griego es koimaomai, cuya raíz es keimai, que significa “recostarse”. Los griegos usaban la palabra koimetrerion para los paraderos donde los viajeros hacían un alto para dormir. De este término se deriva la palabra “cementerio” lugar donde los cuerpos de los muertos yacen recostados.

Padre, gracias por la enseñanza de tu palabra, porque tu hermoso Espíritu Santo me guía a la verdad, me muestra los engaños del enemigo, me da discernimiento, me conduce al arrepentimiento y me lleva por el camino de la verdad de tu palabra. Gracias porque conoceré la verdad y la verdad me hace verdaderamente libre, en el nombre de Jesús, amén.