MUROS Y PUERTAS

Los muros en las ciudades bíblicas eran edificaciones que protegían, defendían, brindaban seguridad y refugio a los pueblos. Nehemías se entristeció mucho cuando supo la condición de los muros y puertas de Jerusalén y se activó a reconstruirlas.

Nehemías 1. 3-4. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. 4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.

Comparando el alma humana con los “muros y puertas”, podemos reconocer que las injusticias del mundo, tal vez las han dejado espiritualmente desmoronadas.
⁠UNA PUERTA es una aduana, un punto de entrada y salida entre dos territorios.

Ejemplo: Nuestros cinco sentidos, son puntos de acceso a la mente y al corazón. Si las visagras de sus puertas están enmohecidas, no llevarán a cabo sus funciones protectoras, y cederán el paso a todo lo que no conviene.

⁠PREGUNTAS: ¿El mundo y el mal tienen libre acceso por tus puertas? ¿Tienes límites claros a lo que ves, oyes, hablas o ingieres? ¿Responden tus puertas a tus decisiones, o cualquier ser espiritual maligno tiene libre acceso a tu mente?

Mateo 6. 22-23. La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; 23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas.

Padre, hoy te pido perdón por no haber cuidado mis muros y mis puertas y haber permitido que mi vida, que es tu templo, fuera profanado por tantas situaciones malignas. Hoy te pido perdón, las cierro y te pido que tu Santo Espíritu me limpie y que con el agua pura de tu palabra me llenes de todo lo bueno, lo santo, lo necesario para mi edificación, en el nombre de Jesús, amén

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