DISCERNIR EL CUERPO Y LA SANGRE DEL SEÑOR

Requerimos entender espiritualmente (tener revelación e iluminación) y creer lo que el Señor Jesús hizo en el terreno de la salud, para recuperarla y disfrutarla. Pablo, al hablar de la celebración de la cena del Señor dice:

1 Corintios 11. 27-30. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

Quien ignora o no comprende la trascendencia del sacrificio de Jesús y continúa viviendo como un pecador; sufrirá debilitamiento y enfermedad. Ignorar lo que somos en Cristo puede ser desastroso. Sólo “en Cristo”, la enfermedad carece de derecho legal sobre nuestro cuerpo, que es ahora propiedad del Señor.

La ignorancia al no discernir la redención de Cristo, nos ha llevado a perder los beneficios del pacto que nos pertenecen. Volvamos a la Palabra y pidamos al Espíritu Santo, que nos revele la sanidad y la prosperidad que tenemos en Cristo.

1 Co. 6.12-13. Todas las cosas me son lícitas, más no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna. 13 Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.

Gracias Padre por la verdad que me hace libre. Hoy soy libre de las mentiras de la enfermedad y te doy gracias porque tu Espíritu Santo me ha abierto los ojos para conocer lo que Jesús ya ganó para mí en la cruz. Gracias porque la verdad me ha hecho libre, en el nombre de Jesús, amén.

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