Las emociones no están fisiológicamente prestablecidas. Científicamente hablando, no existen circuitos emocionales en el cerebro, solamente tenemos la habilidad de sentir y por ende de responder a los diversos estímulos que recibimos. Entonces,
las emociones son reacciones a SUPOSICIONES y/o a hechos reales que construye la mente, ante circunstancias y situaciones de la vida diaria.
SUPOSICIÓN: Es considerar algo como real, por indicios, hechos aislados o
imaginaciones. Ejemplos: “Se tarda en llegar… siento que ya le pasó algo”. “No me saludó la directora… siento que no le caigo bien”. Presuponer es concebir ideas o argumentos sobre alguien o algo, que no están basadas en la verdad objetiva: “Presiento que no me irá bien en el examen.” Tú sabes si estudiaste o no…
Según nuestras experiencias pasadas o presentes, hacemos PREDICCIONES sobre lo que nos pueda ocurrir y DETONAMOS EMOCIONES… Nuestro cerebro trata de explicar “con sentimientos”, el significado de la vivencia. Si las emociones nos abruman y gobiernan, entramos en una espiral incierta.
Las emociones resultan entonces de nuestros pensamientos. Podemos ser esclavos de ambos, ya que las emociones tienen poder sobre nuestras creencias, pensamientos, decisiones y acciones. Dominados por las emociones o las “pasiones” contrarias a Dios (pecados), haremos cosas dañinas para nosotros y el prójimo. Piensa en la lujuria, los celos, la envidia, la ira y la amargura…
Gracias Padre porque no me has dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio. Yo hoy decido tomar control de mis pensamientos. No me dejaré gobernar por ningún pensamiento contrario a tu palabra. Renunció a cada uno de ellos y escojo pensar en todo lo bueno, lo honesto, lo justo, lo de buen nombre, para que mis emociones estén fundamentadas en tu palabra, en el nombre de Jesús, amén.