DEPRESIÓN Y VIDA ESPIRITUAL

La depresión está relacionada con ataques de las fuerzas malignas que disparan sus dardos a la mente para sembrar duda, incredulidad, temor, confusión, tristeza, desesperanza, etc., con respecto a Dios y a uno mismo. Si como hijos de Dios nos enfocamos más en las circunstancias de la vida y nos dejamos herir por esos dardos, aparecerán síntomas depresivos.

Efesios 6. 16. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Los trabajos de brujería producen una CADENA DE SÍNTOMAS que aparecen en secuencia y se van acumulando: OREMOS EN CONTRA DE ELLOS.

⁠DESÁNIMO: Sin razón aparente, sentirse abrumado por problemas de siempre. 
⁠CONFUSIÓN: Perder la claridad y la resolución sobre los deberes. 
⁠PÉRDIDA DE VISIÓN: Empezar a dudar de Dios y de las tareas encomendadas. Mantén tu curso de acción o empezarás a andar en círculos.
⁠DEPRESIÓN: Resultado de la combinación anterior, se manifiesta en desinterés general por orar, leer la Palabra y congregarse. 
⁠DESORIENTACIÓN: No solo se pierde el curso de acción, ya no se puede leer la brújula. Las Escrituras ya no nos hablan, no aprendemos de las predicaciones,  aun cuando sean muy ungidas. La persona está espiritualmente incapacitada.
⁠RETRACTACIÓN: Del propósito, del compañerismo con otros creyentes e incluso de sus familias y amigos.
⁠DESESPERACIÓN: El enemigo sacó de la batalla al creyente y lo tiene
derrotado, donde es vulnerable a todo tipo de tentaciones, enfermedades y aun la muerte. Cuando el ser humano pierde la esperanza (aun estando sano) puede deteriorarse rápidamente y aún morir.

Padre, dame hoy espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de todo lo que tienes preparado para mí, para que pueda saber y discernir todo lo bueno que has preparado para mí y todo lo que no debo seguir tolerando, porque Jesús ya venció sobre toda depresión en la cruz, en el nombre de Jesús, amén

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