¡NO ACEPTES SEGUIR HUNDIDO!

DEPRESIÓN:
Es uno de los problemas de salud mental más comunes y serios que enfrenta la humanidad. Millones de personas “sobreviven” con diversos niveles de depresión: Ricos, pobres, gente de ciudad o del campo, hombres y mujeres jóvenes y viejos, tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo, la depresión es reflejo de los aires espirituales contaminados que respiramos en el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho el año pasado, que la depresión es un trastorno mental común y la segunda causa de incapacidad, después de los infartos y la insuficiencia coronaria. Se estima que en todo el mundo, 280 millones de personas la padecen y afecta 50% más a la mujer que al hombre. La depresión puede terminar en suicidio.
La depresión es una sensación terrible de tristeza, inmovilidad, opresión, encarcelamiento y oscuridad. Tú y yo como hijos e hijas de Dios, no permitamos que el desánimo nos hunda en un desinterés por vivir, al punto de la desesperanza. En Cristo tenemos respuesta a cualquier manifestación del espíritu de muerte. ¡Cristo rescata del hoyo y nos coloca nuevamente en sus alturas!

Quienes estamos en Cristo, hemos experimentado que Él vino a sacarnos del hoyo en que nos encontrábamos hundidos; porque Él estuvo ahí, cuando tomó nuestro lugar en la Cruz y descendió a lo profundo de la tierra. Sal. 69.1-3,14-15; Is.65.1-3.

Salmo 57.5a. Red han armado a mis pasos; se ha abatido mi alma; hoyo han cavado delante de mí…

Gracias Padre porque tú tienes la respuesta para la depresión. Ahora conozco que aunque son múltiples sus causas, es una la respuesta: la paz que ganó para mí tu Hijo Jesucristo en la cruz: El castigo de mi paz fue sobre Él y por sus llagas fui sanado en la cruz. Hoy recibo tu bendita paz para mi alma, mi cuerpo y mi espíritu, en el nombre de Jesús, amén.

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