Crecer a la estatura del varón perfecto nos llevará tiempo, pero exponiéndonos a diario a su presencia y a su Palabra y obedeciéndola, no solo creceremos, daremos fruto y nos multiplicaremos en todo ámbito, no solo en la Casa de Vida.
Al comprender la verdad de su Palabra, al creerla con el corazón, al declararla con la boca, y al practicarla a diario, dejaremos de ser bebés y maduraremos a imagen del Señor Jesús, porque tenemos su mismo ADN espiritual.
Génesis 1. 11-12. Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.
Fructificar es parte de nuestra nueva naturaleza. La fructificación no es algo que esté fuera de nosotros, sale de nuestro interior, no es forzada, es natural.
Gracias Padre, porque eres la Vida y en ti todo es vida, crecimiento y multiplicación. Limpia mi vida de todo crecimiento extraño, de todo lo que no pertenece a tu vida, para dar fruto conforme a tu propósito siempre, en el nombre de Jesús, amén.
