JESUCRISTO EL CORDERO DE DIOS

Juan 1. 29. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

El Señor Jesús realizó muchas buenas obras cuando estuvo en la tierra, pero la principal fue ofrecer su vida en pago por nuestro pecado. En el Nuevo Testamento, un personaje llamado Juan el Bautista, prepararó al pueblo de Israel para el advenimiento de su Mesías Salvador.
Cuando Juan el Bautista vio aparecer al Señor Jesús al principio de su ministerio dijo: “Contemplen al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Esta declaración les mostraba lo que Jesucristo lograría con su muerte en la cruz: La redención del género humano.
Al comparar a Cristo con un cordero para el sacrificio, lo mostraba como la culminación de los sacrificios de la ley mosaica concernientes a la expiación del pecado. Al llamarlo “Cordero de Dios” no se refería a un animalito de granja, sino al hecho de que Jesús sería quién pagaría por nuestros pecados.

Hebreos 9. 22. Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

Gracias Padre por la perfecta entrega: tu único Hijo como el Cordero sin mancha, para ser entregado por mis pecados. Un Cordero sin mancha y sin contaminación que cubría el pago por lo impagable. Gracias por mi redención, en Cristo Jesús, amén.

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