Carácter es el conjunto de convicciones, valores, actitudes y cualidades distintivas de una persona, que determinan sus decisiones y respuestas al entorno. A diferencia del temperamento, el carácter se va conformando y moldeando por el aprendizaje, las experiencias de la vida, la influencia socio cultural y sus valores.
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Efesios 4. 11-13.
Victor — ¿Cuántas veces te has dejado llevar por tu temperamento y te has metido en problemas? ¿Cuántas veces hemos dado un mal testimonio a causa de nuestro temperamento? Hay personas que dicen ser de“carácter fuerte” cuando realmente tienen un temperamento descontrolado y un carácter débil. El temperamento debe subordinarse al carácter.
En nuestro caso, el temperamento y el carácter pueden y deben ser transformados por la Palabra y el Espíritu Santo, con el fin de ejercer nuestros dones y llamado, sostenidos por un carácter cada vez más parecido al de Jesuś, pero sin dejar de ser nosotros. Como parte del cuerpo de Cristo requerimos ser perfeccionados por su maravilloso carácter.
Padre, gracias porque tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos. Me has escudriñado, lo sabes todo. Tú me formaste desde el vientre conforme a tu propósito eterno y yo lo he desvirtuado con mi manera de vivir. Ayúdame a regresar, por medio de la transformación de tu Espíritu a tu diseño original, a tus dones y talentos magnificados por tu poder en mi vida, para ser ese instrumento útil para tu reino. En el nombre de Jesús, amén.