Después de la gran victoria de Horma contra los Cananeos, los israelitas partieron para rodear la tierra de Edom, y yendo por el camino, el pueblo empezó a desanimarse y a hablar contra Dios y contra Moisés. No era la primera vez que lo hacían, ya había ocurrido en Mara (aguas amargas). Fue precisamente ahí, donde el Señor se manifestó a su pueblo como YO SOY JEHOVÁ TU SANADOR.
Éxodo 15. 24-26. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? 25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; 26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
En el verso 26 el Señor establece su pacto de sanidad con su pueblo, mostrándose como Jehová Rophe. El árbol que Moisés echó a las aguas amargas de Mara, es un tipo o símbolo de la Cruz, lugar donde Jesús fue levantado, llevando nuestras amarguras, para que nuestra vida fuese endulzada.
Números 21. 9. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
Gracias Padre porque nunca ha sido tu voluntad que estemos enfermos. La enfermedad vino a causa de la maldición del pecado, pero enviaste a tu único Hijo Jesucristo a salvarnos y librarnos de toda enfermedad y dolencia en la cruz. Yo hoy recibo mi sanidad total y declaro: ¡soy sano! En el nombre de Jesús, amén.