APRENDAMOS A VIVIR COMO RESUCITADOS

Para ello seamos empoderados a diario por el Señor, para vencer toda forma de corrupción, pecado y muerte en nuestra vida. ¡Ya no eres cualquier persona! ¡Eres un resucitado, un hijo de Dios que vence al mundo, al diablo, a tu carne y a toda forma de maldad!

Créele a dios y su palabra: Y no des cabida a la duda. La incredulidad es no ser convencido por Dios de lo que dice. En nuestras manos está la decisión de no continuar haciendo lo que le desagrada a Dios o creer a su Palabra y cambiar de rumbo.

Romanos 6. 1-8. ¿Qué diremos entonces? ¿Vamos a seguir pecando para que Dios se muestre aún más bondadoso? 2 ¡Claro que no! Nosotros ya hemos muerto al pecado; ¿cómo, pues, podremos seguir viviendo en pecado? 3 ¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? 4 Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.

Gracias Padre porque Cristo confirmó lo que ganó para mí con su resurrección. Esta es la señal de la victoria sobre la muerte en todas sus formas. De esta realidad espiritual es de donde tomo mi fe, la fuerza para vencer la tontería, la tristeza, la frustración, la depresión y la desesperanza. ¡Estamos en Cristo, en el verdadero! En el nombre de Jesús, amén.

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