• ACATAR: La persona decide obedecer las órdenes de la autoridad superior, ya sea por conveniencia, temor, porque está de acuerdo con la órden, o porque se disciplina y obedece.
• CUMPLIR: La persona obedece a la autoridad, porque está consciente de que es la forma como se establece el gobierno en su vida y en la tierra. La persona no se somete por conveniencia, si la orden está o no de acuerdo con su forma de pensar, o si va contra su reputación; su único objetivo es cumplirla. No juzguemos a las personas que se sujetan por conveniencia, ya que la mayoría comenzamos a practicar la sujeción así, y a medida que maduramos, deseamos glorificar a Dios, sujetándonos a Él. El problema es cuando la persona, después de mucho tiempo, sigue con motivaciones incorrectas.
La sujeción parece una palabra muy dura. Sin duda lo es para quienes se han visto obligados a someterse de forma abusiva, forzada u opresiva a autoridades que actúan de forma “no legítima” (machismo o matriarcado). ¡Necesitamos ser sanados de las heridas de la esclavitud a la que hayamos sido sometidos! ¡Déjate sanar por Él!
Salmo 147. 3. El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.
¡Padre sáname! Te pido que hoy sumerjas mi corazón quebrantado en el bálsamo de sanidad de tu santa unción. Sana todas las heridas que hay en mi corazón. Estas heridas me impiden confiar, obedecer, entregarme de lleno a los propósitos que tienes para mi vida. Sálvame y seré salvo, sáname y seré sano. Quiero vivir una vida libre, de acuerdo con tu plan y tus propósitos para mí. En el nombre de Jesús, amén.
