La heredamos de Adán. La naturaleza “caída” o pecaminosa es rebelde desobediente, mentirosa e hipócrita; y nos engaña haciéndonos creer que podemos salir adelante encubriendo la verdad.
El mundo nos enseña también a encubrir lo que somos, para mostrar lo mejor de nuestra personalidad, o lo que nos conviene que vean los demás. A esto se le llama hipocresía. Por otra parte, las inseguridades y temores con los que crecimos nos hacen aparentar. Muchos hijos de Dios no son capaces de mostrarse como son, por temor a ser rechazados.
HIPOCRESÍA: Es fingir cualidades o sentimientos contrarios a los que se tienen o experimentan; por tanto el hipócrita es embustero, farsante, no sincero, no verdadero.
Mateo 6.16. Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
TRANSPARENCIA EN LAS RELACIONES:
Los novios debieran permitir que un Pastor o líder los guie en su relación. Al vivir con transparencia, Dios les confirmará si son el uno para el otro, y así no habrá sorpresas después del matrimonio. Es preferible que Dios muestre antes, si esa persona es con la que quiere que pasemos el resto de nuestra vida.
TRANSPARENCIA EN EL MINISTERIO Y EN EL TRABAJO.
Todo hijo de Dios, necesita saber quienes son sus Pastores y líderes, conocer su carácter para saber qué esperar de ellos. Hay que conocer al jefe y aprender a dar cuentas, desarrollando relaciones de confianza.
Padre, quita todo temor de mostrarme tal y como soy. Todo temor a ser rechazado. Aumenta mi fe. Tú tienes fe en mí, en lo que tu Espíritu Santo hará a través de mí. Ayúdame a creer que puedes hacerlo, en el nombre de Jesús, amén.