LIMPIANDO TU TEMPLO

En el camino de Betania a Jerusalén, Jesús maldijo la higuera, advirtiéndonos sobre las consecuencias de la infructuosidad espiritual.

Mateo 21.19.

Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.

En un acto de absoluta valentía, desafió la práctica de comprar y vender en las instalaciones del templo, una advertencia contra las motivaciones deshonestas y engañosas con las que algunos se acercan a las iglesias. Además de la representación de mantener limpio el templo que ahora somos. 1 Corintios 3. 16-17.

Mateo 21. 12-13.

Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;13y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

Y vinieron a Jesús en el templo ciegos y cojos, y los sanó. Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron. Jesús salió de Jerusalén, a Betania donde durmió.

A medida que se acercaba el día de su crucifixión, el día de la Pascua, Jesús recordó a sus seguidores y al mundo que el camino de la fe es diferente al camino del mundo.

Mateo 21. 21-22.

Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.22Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Vio a la viuda pobre echando su sustento al arca de las ofrendas. Lucas 21. 1-4.

Padre, gracias porque en los últimos días de tu Hijo Jesucristo como hombre sobre esta tierra me dio tanta enseñanza. La importancia de las motivaciones y las intenciones de mi corazón, de no permanecer estéril y de caminar en la fe. Gracias porque me hiciste ahora tu templo, la morada de tu Espíritu Santo y ahora tu plenitud habita en mi corazón. Hoy renuncio a toda contaminación, deseos de la carne, motivaciones e intenciones engañosas. Examíname, conoce mi corazón, ve si hay en mi perversidad, guíame en el camino eterno, y con el poder de tu Espíritu Santo ayúdame a mantener tu templo limpio y libre de toda contaminación. En el nombre de Jesús, amén.

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