Efesios 6.10-11. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
El hij@ de Dios requiere estar fuerte, adquirir la fuerza espiritual que solo imparte el Señor Jesús, para vivir en el poder de su fuerza y estar firme contra las asechanzas o “ingenios” que utiliza el diablo para dañarnos.
¿QUÉ ES UN ARMA?: Un instrumento, un medio, un plan o una maquinaria para atacar o defenderse de un enemigo. Dios nos ha provisto de toda una variedad de armas, incluso de una armadura conformada por diversas piezas útiles con las que nos vestimos para hacer valer el triunfo de Cristo en nuestra vida y entorno. La Palabra dice que nos vistamos de TODA la armadura, no solo de parte de ella. La armadura es en realidad Cristo mismo, del cual nos vestimos y cubrimos, con su presencia y con todo lo que Él es. Sin Cristo estamos desarmados.
Romanos 13.14 Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Padre, gracias porque me has provisto de todo lo necesario para enfrentar a mi enemigo: el diablo. Te pido perdón y me comprometo a nunca más satisfacer los deseos de la carne y a andar en el Espíritu, porque estoy crucificado juntamente con Cristo. Meditaré en tu palabra, sembrada en mi corazón, en tus promesas y verdades diariamente, porque he sido liberado de la potestad de las tinieblas y trasladado a tu reino, el reino de tu amado Hijo. Hoy me visto de Jesús, me visto de su palabra, de su armadura y respondo a tu llamado de hacer valer el triunfo de Cristo en mi vida y en mi entorno, en el nombre de Jesús, amén.
