¿Cuál es tu prueba actual? Quizá sea más de una. ¿Dificultades económicas? ¿Enfermedad? ¿Un divorcio, la pérdida de un ser querido? Es en los momentos de dificultad, cuando necesitamos permanecer en la Fe, permanecer creyendo.
Siguiendo con el ejemplo del box, en una pelea hay golpes sorpresivios, golpes bajos, ganchos al hígado, etc. Todos tienen la finalidad de debilitar al contrincante, desequilibrarlo internamente, desenfocarlo, e incluso noquearlo. Espiritualmente, Dios nos capacita para vencer cada una de las pruebas de fe que enfrentemos.
1 Pedro 1. 5-7. Por la fe que tienen, Dios los protege con su poder hasta que reciban esta salvación, la cual está lista para ser revelada en el día final, a fin de que todos la vean. 6 Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aun cuando tengan que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. 7 Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo. NTV.
¡Ahora es cuando necesitamos la fe en Cristo! Así que no nos alejemos ni nos desconectemos del Señor. La fe es precisamente para el día malo, para el tiempo de dificultad; y cuando hablamos de una fe firme, estamos hablando de sostenernos en en Cristo y su Palabra, Él es quien hará la diferencia. No solo sostenernos en la promesa contenida en su Palabra sino en la persona de Jesús.
Padre, hoy más que nunca me aplicaré en quitar, con la ayuda de tu Santo Espíritu, todo peso y el pecado que me hace tropezar y me impide correr la carrera que has puesto delante de mí. Me mantengo con la mirada puesta en Jesús, autor y consumador de la fe, el campeón que inicia y perfecciona mi fe. Escucho con el corazón atento tus palabras y las pongo en acción cada día, en el nombre de Jesús, amén.
