La conversión es un cambio de dirección de vida, dejando el camino que nos llevaba a la perdición para seguir el nuevo camino de Cristo.
Filipenses 3. 7-9. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.
No es un cambio superficial, es un cambio genuino y profundo del alma del hij@ de Dios, que rompe con los viejos patrones del pecado, adoptando la nueva vida en Cristo, por la fe. La conversión es la necesidad imperiosa del alma que la lleva a vivir en la fuerza de la gracia, venciendo el pecado en el poder de la cruz, para vivir una vida resucitada por su poder.
Retomemos activamente nuestra conversión, para experimentar la nueva vida en todo lo que hagamos. Si tienes duda de tu salvación, de tu nuevo nacimiento, haz la oración de salvación nuevamente con fe. Se encuentra al final de este manual.
Hechos 3. 19-20. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, 20 y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado.
Padre, gracias por la salvación tan grande que me otorgaste mediante el sacrificio de tu Hijo Jesucristo en la cruz. Hoy confirmo mi decisión de aceptarlo como suficiente para el perdón de mis pecados y convertirme en tu hijo.