LA CULPABILIDAD DEL SER HUMANO

Sin Cristo como Salvador, todo ser humano es culpable ante Dios por sus pecados, le guste o no. Dios estableció los estándares de vida y de conducta para la humanidad desde su creación, pero a causa del pecado de Adán, la naturaleza corrupta que nos heredó, no se sujeta a la ley de Dios, ni puede.
Todos quedamos en bancarrota espiritual, culpables de juicio, por eso tuvo que venir el Señor Jesús, en nuestra semejanza, para darse como ofrenda por el pecado de todos; recibir el castigo que merecíamos, y por la fe en su sacrificio, darnos acceso nuevamente a la justicia de Dios.

CULPABLE: Es entonces el estado del individuo cuando ha pecado, cuando ha
transgredido la ley divina. La persona es infractora aun cuando no conozca la ley o la norma divina. Aun cuando la persona no “sienta” culpabilidad por sus actos violatorios, lo sigue siendo. Este principio se aplica en la ley civil hasta hoy.

¡Afortunadamente somos hechos justos gratuitamente, al confiar en el sacrificio del Señor! Dios ya no nos culpa ni nos condena, porque creímos en Cristo, quien cumplió con las demandas de la justicia divina; y en virtud de nuestra fe en Él, estamos justificados ante Dios y estamos en paz con Él.

Romanos 5. 1. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Gracias Padre porque tengo paz contigo, tu justicia llegó hasta mí y a todos los hombres por medio de la obediencia de tu Hijo Jesucristo para justificación de vida, quien hizo sobreabundar la gracia que reina por la justicia para vida eterna. En el nombre de Jesús, amén.

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