Juan 8. 36. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
En esta era postmoderna, está desapareciendo la confianza en el Dios de la Biblia. La gente rechaza el concepto de la “verdad objetiva y absoluta”, llenándose de filosofías subjetivas. El pensamiento humanista reivindica el derecho de la persona a tener “su propia verdad”, haciendo a un lado al poseedor absoluto de la misma:
Muchos filósofos e intelectuales andan buscando la verdad en los pensadores clásicos como Aristóteles, Platón, y otros. Miles corren a la adivinación, a la santería y diversas formas de ocultismo y hechicería. Otros invocan al diablo mismo o la amuerte. Nuna encontrarán la verdad ahí, y seguirán en el engaño. El apóstol Pablo les habló del “Dios desconocido” a los buscadores de su tiempo en Atenas; y algunos creyeron en el Señor Jesús.
Para los hijos de Dios, la libertad consiste en salir de la mentira por medio del conocimiento y la práctica de la verdad del evangelio. Hay poder de convencimiento
en la Palabra de Dios
Padre, gracias por el regalo de tu palabra contenida en la Biblia, porque la has dejado a mi alcance y me has dado a tu Espíritu Santo, mi Maestro, quien me eseña y me guía a toda verdad. Perdóname por no valorarla y honrarla. Hoy me comprometo a leerla diariamente y escudriñarla, porque sé que ahí están todas las respuestas a mis necesidades. En el nombre de Jesús, amén.
