Así que decide recibir su Palabra en tu corazón y creer en el poder que tiene su resurrección sobre toda forma de pecado y de muerte en tu vida.

ENTRÉGALE CADA ÁREA DE TU VIDA: Especialmente las que sabes que han sido más vulnerables al pecado. Ve a diario a la cruz, con sinceridad y
humildad.

ORA, BUSCA SU ROSTRO Y MEDITA EN SU PALABRA A DIARIO: Para sintonizar tu oído a la voz del Espíritu y fortalecerte internamente.

SIRVE Y SIEMBRA EN LO ESPIRITUAL: Toma decisiones conforme a la
nueva vida. Invierte tu tiempo, recursos, dones y talentos en bien de otros y para extender su reino. Pide al Señor el poder de su resurrección, para hacerlo todo para su gloria. Si lo haces regularmente, cosecharás vida.

Juan 14. 12. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

Gálatas 6. 8-10. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

Gracias Padre porque la resurrección de mi Señor Jesucristo es la base de mi fe y a partir de reconocerle como mi Señor y Salvador soy habilitado para recibir los beneficios que este maravilloso acto produce. Soy resucitado por el Espíritu Santo, en el nombre de Jesús, amén.