GUARDAS EL CORAZÓN DEL PRÓJIMO: Cuando una instrucción o un mensaje no fue claro y se prestó a malentendidos, actuemos de inmediato, aclarando actitudes y palabras. Esto es común en los “whatsapps”.
Génesis 4. 9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
Este versículo nos ilustra la responsabilidad hacia el prójimo. Caín preguntó ¿Acaso soy yo guarda de mi hermano? La palabra “guarda” proviene del hebreo shamar que significa proteger, atender o considerar, un concepto que nos confronta con nuestra realidad, porque a veces no consideramos al hermano.
El asesinato de Abel, trajo a Cain maldiciones diversas; perdió su habilidad para cultivar la tierra y quedó sentenciado a una vida de fugitivo y vagabundo.
La falta de armonía fraternal nos destina a la frustración de planes y propósitos. Ejemplo: La falta de comunicación que presenciamos entre nuestra mamá y papá cuando éramos niños, seguramente nos marcó al punto que cualquier situación similar entre adultos, podría hoy desencadenar una oleada de sentimientos negativos. Hay que sanar, para que lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos, no responda a la manera en que fuimos criados, sino al amor de Dios.
Mateo 12. 36-37. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. 37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Padre, ayúdame a no ser descuidado en mi manera de comunicarme con mi prójimo, a pensar y meditar mis palabras antes de hablar, para no herir, destruir, contaminar, sino edificar y levantar con lo que hablo, en el nombre de Jesús, amén.
