BUSCA EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA: ¿Estás verdaderamente a
favor de la causa de Cristo? ¿Lo buscas con todo el corazón? ¿Es tu prioridad uno? Si es así, todo lo demás te vendrá por añadidura.
Mateo 6. 31-34. No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
Dios quiere prosperarnos para que estemos gozosos al sembrar, al ofrendar.
Deuteronomio 26. 10-12. Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. 11 Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti. 12 Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.
La economía divina es distinta a la terrenal.
Padre, ¡Sí! ¡Tú eres mi prioridad número uno! Hoy te pido perdón por no haber reconocido tu señorío en mi vida. Tú eres mi Señor y mi Salvador y desde hoy dejaré de darte mis sobras: lo que me sobra de dinero, lo que me sobra de tiempo, lo que me sobra de atención y servicio dedicado a ti y te daré lo primero de lo primero. Mi primer pensamiento al despertar, mis primeras palabras, cuando abro mis ojos, serán para ti. La primera hora de la mañana, la primer cosecha de mi trabajo, el domingo, primer día de la semana. Para honrar y glorificar tu nombre, para agradecer todo lo que me has dado. Para agradecer que todo lo que hay en tu reino me pertenece porque soy tu hijo amado, en quien tienes complacencia, porque creo y obedezco tu palabra y hago siempre tu voluntad, en el nombre de Jesús, amén.
