A los hij@s de Dios se nos califica de radicales, porque el mundo dice que “todos los caminos llevan a Dios”; y nosotros declaramos y creemos que Jesucristo es el único Salvador de la humanidad
Juan 14. 2-14. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Tomás hace una pregunta con la que nos damos cuenta que no entendía a dónde iba el Señor, ni el camino para seguirlo. El significado de la “casa del Padre” le era desconocido, aunque en el verso cuatro el propio Señor afirma que ya sabían a dónde iba.
Pero la declaración contundente es la que los sacaría de la duda a ellos y a nosotros. Jesús les dijo: “Yo soy el camino”… a la casa del Padre. “Yo soy la verdad” acerca de Dios el Padre. “Yo soy la vida”… soy dador de vida como lo es Dios. Y recalcó: Nadie viene al Padre, sino por mí.
Padre hoy creo y declaro con confianza que Jesús es el único camino para conocerte y relacionarme contigo. Solo a través de Él puedo ser hecho tu hijo. ¡Jesús es el único camino al cielo! y no necesito buscar otro camino para llegar a ti. Renuncio a confiar en cualquier otro mediador o mediadora. Me gozo y me alegro para siempre en todo lo que has creado para mí, porque esta seguridad que siento en lo mas profundo de mi corazón trae gozo y alegría a mi vida. Cuánta paz y tranquilidad me da el saber que nunca me dejas ni me abandonas, siempre estás conmigo y estás atento a mi oración, en el nombre de Jesús, amén.
