PREPARÁNDONOS PARA EL MEJOR AÑO.

Salmo 65.11-13. Tú coronas el año con tus bienes, y tus nubes destilan grosura. 12 Destilan sobre los pastizales del desierto, Y los collados se ciñen de alegría. 13 Se visten de manadas los llanos, Y los valles se cubren de grano; Dan voces de júbilo, y aun cantan.

Dios siempre nos brinda nuevos comienzos, nuevas oportunidades. Termina un ciclo y empieza otro… Desde lo micro hasta lo macro, los minutos pasan, las horas, los días, los meses y años; y aunque parecieran todos iguales, cada uno brinda oportunidades para retomar y avanzar el plan de vida que tiene para cada uno. Y al terminar el año es inevitable reflexionar sobre lo que vivimos y lo que nos gustaría lograr en el próximo a comenzar. Hagamos un alto y vayamos con nuestro Padre a entregarle logros y deseos; a darle gracias y a encomendarle nuestro futuro.
SEAMOS AGRADECIDOS:
Muchas personas viven amargadas, resentidas y aún enfermas, por no ser agradecidas. Solamente fijan la mirada en los problemas no resueltos y no alaban a Dios, ni le dan gracias por los beneficios que les ha brindado y por las personas que los han apoyado.

Sería bueno llevar un registro de las oraciones solicitadas y contestadas, tanto de las que hemos pedido a Pastores y líderes como las propias. Al darle gracias al Señor y glorificarle por su cuidado e infinita misericordia, nuestra fe se refuerza para seguir orando y creyendo por las respuestas de las que aún no han sido recibidas. ¡Terminemos este año dándole gracias a Dios por sus beneficios!

Salmo 103. 1-5. Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; 4 El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;5 El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.

Padre gracias tu perdón, sanidad, provisión y protección, tu gracia y misericordia, por el bien y las nuevas fuerzas que me das cada día. Gracias por mi país, mi familia, por haber permanecido fiel a pesar de mis errores. Bendice a cada una de las personas que me ha apoyado y orado por mí durante este año, en los momentos de dificultad (menciona sus nombres). En el nombre de Jesús. Amén.

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